CRITICAS
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Creepozoides (1987)

por en 27 diciembre 2021
FICHA TÉCNICA
 
TÍTULO ORIGINAL:

Creepozoids

PAÍS:

Estados Unidos

DURACIÓN:

72 minutos

 

Vamos a sumergirnos en las exploitations de un clásico de la ciencia ficción sobado hasta la náusea, como es “Alien” (1979) de Ridley Scott. Estas exploitations son películas con unos ingredientes muy simples: un puñado de personajes en un ambiente hostil, aislados del mundo y un bichejo repugnante que los despacha uno a uno. El de hoy es uno de los peores ejemplos y no hemos tenido que irnos a ningún país exótico ni hemos rebuscado en filmografías ignotas, ya que esta película viene directamente de los USA, concretamente de la Empire, la productora comandada por Charles Band (Gingerdead man), que en los 80 fabricaba películas para videoclub como churros.

“¡Tíos, que salimos en Cinecutre.com!”

PASILLOS, ORDENADORES Y MÁS PASILLOS

“Creepoziodes” sabe muy bien a lo que juega, así que nada más empezar tenemos un texto introductorio que incluye palabras clave como “guerra nuclear”, “planeta desolado”, “ciudades en ruinas”, “nómadas mutantes” y  “mortales lluvia de ácido“; ni más ni menos que música para nuestras orejas. Y cuando estás esperando otra exploitation de “Mad Max” con más desiertos y boogies tuneados, te encuentras a cinco desarrapados corriendo por los pasillos de un destartalado almacén donde (¡oh sorpresa!) vive un bicho al que no le gusta la compañía, en una orgía de ¡emocionantes planos de pasillos! que no acaban nunca:

De cara, de espaldas, andando, corriendo, al trote, solos, acompañados e incluso a oscuras… ¿Quién dijo que un pasillo no podía dar juego?

Quien espere que la escabechina empiece pronto se va a llevar un chasco. Estos planos interminables de gente recorriendo pasillos han llamado la atención de publicaciones tan prestigiosas como Pasillos e Interiores, donde podemos leer “nunca antes se habían visto unos pasillos tan llenos de vida, reivindicándolos como una zona de vital importancia en la casa”; o El corredor, que calificó a este filme como “el primero que entiende, por fin, el pasillo no como conexión de habitaciones sino como una habitación más…”. Todo un clásico de culto entre los seguidores de las películas de pasillos.

Pero como no toda la película puede ser gente deambulando por pasillos y estancias varias, también tenemos otras escenas de relleno de gran interés como: gente leyendo directamente de ordenadores, con miles y miles de planos de la pantalla del ordenador, que harán las delicias de los fans de “Matrix”, “Tron” y “Hackers” (y su imprescindible secuela).


¡No te duches! Me gusta que tu flor huela a atún pasado.

Los cinco protagonistas se refugian en el citado almacén para protegerse de la lluvia ácida y al poco de entrar, se encuentran lo que parece un laboratorio, con una cabeza decapitada en el suelo. Y en vez de sospechar, el líder de la pandilla aparta la cabeza de una patada (LITERAL) y allí que todos se instalan tan ricamente y sin plantearse nada de nada. Hay comida, camas y cinco minutos después ya están follando como conejos. Esto parece la casa de Gran Hermano.  

“¿Seguro que en la ducha no hay cámaras?” “Claro que sí, tú sonríe que esta noche salimos en Sálvame”

Además, el filme tiene secuencias de diálogos en los que la retórica y el significado dan paso al impacto directo; las palabras cogen al espectador y lo zarandean, quien no puede más que rendirse ante la innegable evidencia de que es imposible entender una mierda de lo que están improvisando los actores, que parece que reciten sus textos a partir de un generador de frases aleatorias. David DeCoteau acaricia el cielo de lo hediondo con las yemas de los dedos en la siguiente escena:

Amor, felicidad y odio a las ratas, todo mezclado en un diálogo que hará que Woody Allen se largue también a vivir a un inhóspito almacén para protegerse de la lluvia radioactiva

Hay que ser justo y decir que de vez en cuando suceden cosas, más allá de gente viendo pantallas de ordenador o deambulando por almacenes, cosas que harán que deseéis un nuevo plano de pasillo, como por ejemplo: EL GRATUITO ATAQUE DE LOS RATONES DE FELPA.

Los protagonistas son atacados por el primo gordo de Rizzo, la rata de Los Muppets. Ojo a la rata, que ya estaba muerta antes de que la dispararan. Ah no, que era un muñeco y por eso no se movía…

Después de meter a un peluche gigante y humillar a tus actores haciendo que se revuelquen con el muñeco y se lo restrieguen por la cara, ¿se puede ser más casposo? ¡Pues sí! Repitiendo la escena en EL GRATUITO ATAQUE DE LOS RATONES DE FELPA 2: A LOS PELUCHES TAMBIÉN LES GUSTAN LAS MUJERES.

El primo gordo de Rizzo es un pervertido y también quiere su ración de tetas de Linnea Quigley

Con este cameo de Los Teleñecos, David DeCoteau nos demuestra por qué está considerado uno de los más reputados directores de la serie Z actual. Suceden más cosas, como Linnea Quigley y su imprescindible escena en domingas, gente que vomita mermelada de ciruela, una mujer que se convierte en zombie porque al director le sale de los cataplines y, cómo no, los ataques del monstruo de vez en cuando.

“A ver si terminamos ya de rodar, que me quiero echar una siesta en el banco del parque”

Y como esto es una exploitation de Alien, es obligatorio copiar la escena del desayuno, donde Linnea Quigley, con pintas de prostituta yonkee sin dientes (no se entiende por qué sus compañeros van pulcros y ella así), se pregunta si en el almacén donde viven habrá “pelis porno o discotecas” y al rato uno de sus compañeros contesta con una de las mejores frases del filme: “la civilización ya no tiene las comodidades de la civilización”. Bien. Es entonces cuando un miembro del grupo comienza a convulsionarse pero cambiando el alien que sale del pecho por un más impactante guante de goma (de esos de disfraz de Halloween que te venden en la tienda de chuches) y litros de mermelada.

“¡Ay dios, las 16:00h, ya no cojo el bus!”

XENOAMORFOS CON TENAZAS

Ah sí, ¿por qué hay un monstruo por ahí que es una copia del Alien de HR Giger pero con tenazas y que, en vez de gruñidos, va lanzando genuinos eructos? Pues ni idea, en cierto momento de la película intentan justificarlo con una parrafada sin sentido, repitiendo palabras como aminoácidos y proteínas, a ver si cuela. Pero vamos, que da igual, podría ser el resultado de unos experimentos científicos o una mutación por la lluvia ácida.

O la evolución definitiva de Mickey Rourke.

Pero bueno, en Cinecutre.com nos gusta profundizar, y más o menos nos vienen a decir que en ese almacén (porque no es un laboratorio, es un almacén; posiblemente el almacén de las oficinas de la Empire donde guardan las pelis) experimentaban para conseguir un ¿ser humano? ¿criatura? que fabricara su propia energía y, por tanto, no necesitara alimentarse más. El por qué este xenoamorfo inocula aminoácidos a sus víctimas o se las intenta comer, eso ya no lo explican; seguramente el bicho estaba afectado de gula o no poder comer le ponía de mala hostia.

“Ni almacén ni laboratorio ni pollas, con tanto foco azul y rojo, ¡esto seguro que es un puticlub abandonado!”

Y llegamos al épico combate final entre el último de los humanos y el bicho en cuestión, que sigue la misma estructura de todas las impactantes peleas del filme, donde se empujan, se caen, se empujan, se caen y vuelta a empezar durante 10 minutos (para una película de 70 minutos de duración esto es una eternidad) y al final, el protagonista ¿¿decapita?? al monstruo con la primera jeringuilla que encuentra en el almacén (¿?). Pero, para horror de David DeCoteau, la cosa no llega aún a largometraje, hay que meter algo más, lo que sea, no importa, incluso ese muñeco que acaban de encontrar de entre los restos de otra película… y entonces, asistimos a un hermoso parto…

Ahh, el milagro de la vida, qué belleza…

¡¡¿¿PERO QUÉ MIERDA ES ESTA??!! Si antes David DeCoteau acariciaba con la yema de los dedos el paraíso de lo hediondo, con esto directamente se lanza en plancha al pantano del hedor eterno. Nenuqueitor, un puto bebé de plástico que parece Kuato recién nacido, surge de dentro del monstruo, con cordón umbilical y todo, para dar por culo y arañar cinco minutos más de nuestras vidas, llegar a la duración mínima exigible y conseguir que David se sienta orgulloso de otra de sus mierdas hechas con dos duros.

Como todo ser humano, también hubo un tiempo en que Fraga fue un hermoso bebé

Así, asistimos a un descacharrante infanticidio donde el protagonista se dedica a lanzar por los aires un Nenuco de la tienda de veinte duros:

Cuando VOX llegue al gobierno, ni siquiera en estos casos se contemplará la posibilidad de abortar

Aburrida y cargada de planos de relleno, hasta durar solamente 70 minutos mal contados, es la película perfecta para un JUEGO DE BEBER, con el sello de calidad Cinecutre.com, (incitando al alcoholismo desde 1920). Así que ya sabéis, preparad los chupitos y pegar un trago cada vez que:

–          Haya un plano de alguien andando/corriendo por un pasillo (coma etílico en 5 minutos, a menos que seáis Massiel).

–          Haya un plano de alguien arrastrándose por conductos de la ventilación.

–          Alguien usa una computadora.

–          Alguien lee lo que le dice la computadora.

Doble trago si:

–          Una voz en off lee lo que dice el ordenador.

–          El monstruo zarandea a alguien y lo estampa contra una estantería llena de cajas.

–          La rubia dice “no hace tanto tiempo que se fue/fueron”.


Cinecutre.com certifica que, tras diez minutos de juego, os sentiréis como si fuerais uno de los protagonistas. Una inmersión total en la película.

RODADA CON CALDERILLA

Viendo esta excreción, no puedo evitar pensar en esa entrevista a Eric Gruendemann en la que reconocía que a veces Charles Band tenía que rodar películas a coste cero, en el sentido más estricto de la expresión. Esta puede ser perfectamente una de esas películas filmadas con el dinero que sobró de otra producción (“oye, que han sobrado unos céntimos, en vez de una peli podemos rodar… ¡dos pelis! ¡incluso tres si economizamos gastos!”), con sus seis actores, decorados que son almacenes, un foco azul y otro rojo y un par de bichos que salen lo estrictamente necesario. Rentabilidad al máximo. Pese a todo, “Creepozoides” fue un éxito en videoclub e incluso sus responsables se plantearon rodar una secuela (con más pasillos, más almacenes, y el doble de mermelada de ciruela, por supuesto).


¡¡¡¡¡¡UNA SECUELAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!

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