CRITICAS
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Vampirella (1996)

por en 7 agosto 2020
 

Wonder Woman, Supergirl, Hulka, Catwoman, Red Sonja, Power Girl, Batgirl, Starfire, Wondergirl, La Viuda Negra, Emma Frost, Shanna (no confundir con Sheena, que parece lo mismo… pero no es lo mismo), Zatanna, Canario Negro, La Cazadora, La Gata Negra, Tigra… Los cómics han creado toda una estirpe de Mujeres inalcanzables, perfectas y de mínimos y ajustados atuendos con las que alimentar nuestros sueños húmedos.

Como sus contrapartidas masculinas, algunas de estas Diosas de la justicia (o de la maldad) han tenido también sus adaptaciones al cine, aunque el carácter puramente sexual que, no nos engañemos, en prácticamente todas las ocasiones ha sido el principal rasgo del personaje, se ha traducido casi siempre en series o películas chabacanas, estúpidas y lamentables, de las cuales a día de hoy las que más merecen ser rescatadas son las parodias porno.

Pobres, con lo castas y puras que son Ellas…

Es normal, nuestras queridas Superheroínas son básicamente personajes pensados para el pajillero medio, de enormes tetas, labios sensuales, largas melenas, piernas interminables y culos respingones, tan capaces de succionarte la fuerza vital de una tacada y sin respirar como de arrancarte la cabeza de un guantazo. Cuando adaptas uno de estos personajes al cine o bien lo reinventas, (y básicamente lo asexualizas, véase la mierda de Tormenta y de Pícara Pg-10 vistas en la trilogía X-Men; la única que se salva en esas putas películas es Mística y apenas sale 10 minutos con su apariencia real), o lo sacas de secundario florero de otro personaje generalmente masculino que es el que protagoniza la historia de verdad; y normalmente sujeto a chistecitos sexuales más o menos “camp” (vease a la Viuda Negra en Iron Man 2por poner un ejemplo cercano). O bien, como ha pasado casi siempre hasta la fecha, intentas adaptarlo más o menos fielmente haciendo el ridículo (la serie de Wonder Woman o la película de Supergirl son un buen ejemplo). Bueno, y también está la tercera opción: defecarte directamente en el personaje.

Porque seamos sinceros, no se puede adaptar al pie de la letra un cómic de superheroínas. Casi nunca (y menos aún de forma “seria”). Hay por ahí anunciado un nuevo proyecto cinematográfico de Red Sonja. ¿Os creéis que por fin la van a mostrar en pantalla tal y como aparece en los comics?:

Al igual…

Y esto es aplicable a la mayoría de supertipas del papel couché, su estética es prácticamente inadaptable como no sea para una película X. Vale, para aplacar a los quisquillosos lo diré también; hay alguna excepción que otra (Burton reinventó a Catwoman y le dio sentido a su descarado exibicionismo, y la jugada le salió bien, aunque a costa de cargarse, eso sí, el carácter original del personaje, que es básicamente absurdo), pero son escasas.

Pero es que si encima el argumento del cómic en cuestión es una subnormalada como un piano, ya apaga y vámonos. Es el caso que nos ocupa hoy: Vampirella. La adaptación “direct to video” producida por Roger Corman del legendario cómic de la editorial Warren (no se me ocurre nombre más adecuado que Warren para esta editorial, desde luego), que narra las aventuras de una vampira pechugona y medio desnuda que lucha contra vampiros malvados y otros monstruos, que por lo general la suelen acosar sexualmente y/o que a menudo acaban rendidos a sus pies. Como veis, terreno abonado para un buen zurullo o para una buena peli X. Ni que decir tiene que estamos ante lo primero…

¡Hasta Chuntu la desea!

SEDIENTA DE SANGRE, SE CONFORMARÁ CON UN BUEN TRUÑO

Vampirella es originaria del planeta Drákulon, un mundo donde todos los habitantes son vampiros pacíficos que no necesitan ir mordiendo cuellos porque, según nos cuentan, se alimentan de los ríos de sangre que fluyen por su planeta. Además, aunque nos indican que la acción  transcurre 30 siglos atrás, Drakulon es un planeta altamente avanzado, como demuestran las cintas transportadoras de aeropuerto que podemos ver nada más empezar la película:

“Drakulones con destino a Barajas, por favor embarquen por puerta 4…”

Pero en Drákulon hay un vampiro malvado llamado Vlad, que lidera una banda de facinerosos a los que les gusta chupar las sangre a sus congéneres, en vez de beber en el río como los peces. Al inicio del film, Vlad se halla encarcelado y va a ser juzgado y condenado a muerte por sus crímenes contra los drakulones. El día del jucio, Vlad protagoniza una espectacular huida, atentos al vídeo que vais a ver lo que es un truño como un puño. Festival de muecas, rifles láser que suenan pero no disparan, frases estúpidas, decorados de mierda y colmillos de plástico, todo ello en menos de cuatro minutos:

Tras ver a la tipa de las lentillas de colores gritar ‘CUÑAAAAAOOOO!!!!’ al ver morir a su padre, el presidente de Drákulon, presenciamos como Vlad y sus macarras escapan en una nave espacial y se dirigen al planeta Tierra. Entonces “Ella” (así es como se llama) se calza un bañador de plástico rojo y se lanza a perseguirles a través de las estrellas, ávida de venganza. Ha nacido…¡VAMPIRELLA!

Pelo cardado y con dos kilos de laca, bañador ridículo que parecen unos pañales hechos con bolsas de la compra, actriz (Talisa Soto) sin apenas curvas… mmmh… no sé, me parece que no han acabado de bordar la caracterización…

La acción se traslada inmediatamente a la ciudad de Los Angeles, en la actualidad (bueno, en los 90), a fin de ahorrarse dinero en decorados mugrientos, y en seguida nos presentan a otro personaje que, aunque no ha aparecido con anterioridad, nos resulta extrañamente familiar…¿es por su cara? ¡no! ¡ES POR SU ROPA!

¡Lleva el mismo chaleco roñoso de Vlad! Pero que esto no os haga sospechar de él, es de los buenos, su vestuario simplemente se debe a que la película es una mierda y reutilizan los disfraces sin ningún tipo de vergüenza…

Adam Van Helsing, que así se llama el tipejo, es hijo de Conrad Van Helsing, que no sale en la película, y trabaja para una organización secreta, tipo agencia 713, llamada “Push” o algo así, que se encarga de buscar y exterminar a los vampiros que campan por el mundo. Contando con los más avanzados medios como televisores en las paredes y armarios con lucecitas de colores, defienden a la humanidad de esas terribles criaturas.

El jefe de Van Helsing, un viejo calvo que levanta la ceja cuando habla, le informa a nuestro héroe de ciertos hechos inquietantes que se han producido recientemente. Un transbordador espacial acaba de regresar de una misión a Marte y, en el momento del aterrizaje, las cámaras de los periodistas captaron esta misteriosa imagen:

 Iker Jiménez tendría para dos horas de programa sólo con esto.

Mientras nuestros salvadores se inquietan y levantan sus cejas pensando en vampiros marcianos, otro escalofriante suceso tiene lugar en otro punto de la ciudad…

Dos delincuentes asaltan a un nerd que camina acarreando su Pentium a altas horas de la madrugada por un callejón iluminado con luz azul. Cuando lo tienen acorralado y parece que se van a despachar a gusto con él, ocurre algo acojonante:

El nerd, llamado Forry Ackerman, en “homenaje” a Forrest J. Ackerman, creador del personaje de Vampirella (te mereces lo que tienes, bergante), agradecido y empalmado por haberle tocado la mano a una mujer por primera vez en su vida, decide invitar a la tipa del trikini a su casa llena de posters de películas de Fanta-terror, y ella empieza a contarle su trasfondo de personaje y a enumerar a todos los malos de la peli hasta que nombra a uno que le suena de oídas al nerd, la cosa va así:

-Tenía que seguirlos, y encontrarlos, no me importaba el precio, estaba dispuesta a pagar ¿entiendes?

-Sí… bueno, no.

-A todos: Vlad, Demos, Trax…

-¿Trax? ¿el profesor Arnold Trax? Desenmascara fenómenos sobrenaturales falsos, él es el mejor del país. Al menos de California. Disfruta desprestigiando ese tipo de fenómenos.

-¿Tienes alguna foto de él?

-¡Oh, tengo algo mucho mejor!

El nerd le enseña la base de datos de su Pentium donde guarda información sobre el tal Trax y donde puede encontrarlo. Ella se despide educadamente con un morreo y a continuación tiene lugar otro absurdo instante para la posteridad:

Y a partir de ese momento, por algún tipo de transferencia de pensamiento, empatía sobrenatural o pirula de guionista, Ella pasa a autollamarse a sí misma Vampirella por el resto de la película.

Pero la acción no se detiene, rápidamente nos trasladamos al desierto mexicano de Sao Paulo, donde un poderoso capo mafioso vampírico llamado Carlos se reúne con tres vampiros facinerosos ataviados con bolsas de basura que les protegen del sol:

 Los guerreros de la basura se enfrentan en un duelo de caretos al poderoso capo Carlos y a su imperio del crimen, formado por dos mexicanos que fuman puros y una mesa de juegos de casino Rima desde donde controla las apuestas clandestinas de todo Brasil…

Los tres basureros son secuaces de Vlad y han venido a ajustarle las cuentas al capo Carlos, que se mea en su autoridad diciendo que no cree en gilipolleces de vampiros del espacio. Nos enteramos de esto durante una subnormaloide conversación en la que el mafioso no para de hacer extrañas muecas arrugando la frente y poniendo morros de enfurruñao. Al final a los fetichistas del plástico se les hinchan los cojones y se llevan al capo de las muecas a una barraca donde lo cuelgan por los pies y se ponen a pegarle tiros al techo para que entre la luz (¿mas aún, si están a plena luz del día?) y se achicharre poco a poco.

Aquí te ponen samples de ruido de fritanga para simular que el maromo se quema pero en realidad no se ve que sufra daño alguno, no le aparecen quemaduras, ni llamas ni un triste humillo hecho con hielo seco. Pero esta ridícula sesión de “tortura” se ve de pronto interrumpida por un comando de élite de la organización, aún más ridículo si cabe:

Mientras tanto, Vampirella se ha cargado al profesor Arnold dándole una somanta de palos y empalándolo en un poste de la luz tras arrojarlo por una ventana, y acto seguido se cuela usando su poderes vampiricos en su domicilio partícular, donde consigue información sobre el paradero de Vlad:


Efectivamente, Vlad se hace pasar por un rockero afeminado que canta en un garito de mala muerte lleno de pechugonas a sueldo que lo adoran y aplauden sus actuaciones. En algún momento había que sacarle partido a tener a Roger Daltrey (para los no versados y yogurines que nos leen, el cantante de The Who) en el reparto. Porque sus únicos talentos son cantar y exhibir un atroz elenco caretos que bien se merece una galería recopilatoria:

Pasatiempo: Intentad poner onomatopeyas a las fotos: “¡Groooar!, ¡Hiiiiiii!, ¡Jjjjjjjjjjj! ¡Jarjarjar!,¡shshshshs!…”

En otro momento de la película te explican cómo este imbécil y sus esbirros (que hacen casi tantas muecas como él, intentando desesperadamente que se les vean los colmillos postizos en todo momento) llegaron a la tierra hace 3000 años, cómo Vlad tomó el nombre de Drácula por su planeta de origen Drákulon y que en él se basan las leyendas de los vampiros de la tierra y bla, bla, bla, universo súper sólido y bien construido y tal…

Bueno, Vampirella se camela al maloso sin que este sospeche nada ni la reconozca en ningún momento y ambos salen del local. Cuando están a punto de hincarse recíprocamente los colmillos en el pescuezo, aparecen los hombres de Van Helsing y la lían parda, capturando a ambos, pero Vlad se escapa hipnotizando al conductor de la furgona que lo transporta y rompiendo sus esposas de plástico, tras un vergonzante intercambio de empujones con Vampirella, se transforma en murciélago y huye jurando que los matará a todos.

Por otro lado, los hombres de la organización Push no se fían de Vampirella y quieren hacerle torturas porno para que confiese que es esbirra de Vlad, puesto que una tipeja que se pasea por ahí en bañador de PVC sin cobrarte no puede ocultar nada bueno. Pero Van Helsing confía en nuestra heroína y para demostrarlo se la lleva a un motel de carretera donde Vampirella le cuenta su historia en forma de flashback sin desperdicio ninguno:

Gracias a esta apasionante secuencia nos enteramos de varias cosas importantes:

  • 1- La madre de Vampirella inventó el True Blood. O bien los creadores de True Blood echaron mano de ideas ajenas (esta segunda opción es mi favorita).
  • 2- ‘Alien’ es una leyenda espacial.
  • 3- La tecnología de las naves espaciales es tan avanzada que el viaje a Marte dura sólo una semana. Esto, sumado al punto anterior, sitúa al universo de Vampirella en un futuro noventero lejano, alternativo, distópico y totalmente subnormal.
  • 4- En Marte, aunque no hay vida ni oxígeno, existe presión atmosférica suficiente para poder caminar con pantalones abiertos por debajo y zapatos normales, así que lo visto en Desafío Total es una patraña, tal y como demuestra la siguiente foto:


Entre tanto, los vampiros malignos planean ocultar permanente el sol, activando una red de satélites ocultos en la órbita de la Tierra que disparan rayos de partículas de carbón, que formarán una nube de polvo oscuro semejante a un invierno nuclear. Ello les permitirá atacar a los humanos a cualquier hora del día y convertir el planeta entero en una auténtica merienda vampírica. Como veis, un planazo infalible y súper sencillo. Pero para llevarlo a cabo deben primero deshacerse de Van helsing y Vampirella (crear la red de satélites  y ponerlos en órbita sin que nadie se enterara estaba chupado, no necesita mayor explicación, lo chungo es cargarse a una tipa en bañador y a un grupo de maromos con gorra). Para ello, Vlad envia a dos pechugonas a casa de Van Helsing, y mientras una lo distrae enseñándole las mamellas, la otra le arrea un porrazo en la nuca y lo deja inconsciente.

“Jijjijijiji… nunca falla…”

Cuando Vampirella al rescate entra en el cuartel general de los malos (que salta a la vista que son las mismas chabolas que utilizaron antes para “recrear” Sao Paulo, sólo que de noche y con cuatro velas para dar ambiente), ahostia a unos cuantos esclavos humanos sin sudar demasiado, pero en seguida se ve abrumada por la superioridad numérica de los secuaces de Vlad y cae prisionera también (es lo que tiene ir sola, pero parece que no se lo han dicho). Por cierto, ahora que están de moda los vampiros homosexuales y cagarse en su creadora Stefanie Meyer, Vampirella en su día tampoco se quedaba corta:

No te esfuerces nena, por mucho que te vistas de puta y enseñes muslamen van a pasar de ti… ¿qué esperabas con esas pintas que me traen?

Bueno, sigamos con la apasionante trama. Vlad le arrebata a Vampirella el brazalete con sus reservas de True Blood y la encierra en la misma celda que a su noviete Van Helsing. Ella se encadena a la pared con unos oportunos grilletes para no sucumbir a la sed de sangre que tarde o temprano la obligará a mordisquearle. Vampirella le dice que no se acerque, pero él se pone berraco al verla tan violable encadenada a la pared y empieza a morrearla.

Reconocedlo, os pone… y a vosotras también, viciosillas.

Mientras tanto, la cuenta atrás para la destrucción del mundo ha comenzado, los satélites se activarán dentro de…:

Claaaaro, si no hay prisa ninguna… ya lo dice el refrán, no dejes para hoy lo que puedes hacer mañana…

Cuando parece que las cosas ya no pueden ponerse mas terribles, Vampirella entra en fase yonki succiona-cuellos perdida, y Van Helsing decide hacer un sacrificio para salvar a la humanidad. Se arremanga el brazo (es que en el el cuello le da cosquillas) y deja que Vampirella le muerda y beba sangre suficiente para sobrevivir (poquita, el tío ni se desmaya ni nada, y sale de allí por su propio pie). Esto le hace recuperar fuerzas y estar lista para enfrentarse a Vlad y a los 12 grandes (vampiros viejunos jefes de clan y bla, bla, bla) en la batalla final. ¿Cómo? Sí, sí, Blade es de 1998, dos años posterior. Sin comentarios.

Bueno, vale, en ‘Blade’ los vampiros viejunos tenían un aspecto más digno. Las velas de la tienda de los chinos torcidas y mal puestas, ese mantel arrugado hecho con tela comprada a duro el metro… Y el tío que está de pie a la derecha de la imagen parece Mauricio Colmenero con 10 años menos. Casi no se nota el plagio…

Para aumentar el jolgorio, los hombres de la organización llegan en una camioneta armados hasta los dientes con linternas ultravioletas y escopetas de petardos y masacran a los vampiros. Vampirella hace que los satélites se desintegren solos disparándole al televisor con lucecitas que los controla y finalmente sólo quedan ella y Vlad para enfrentarse en el esperado combate final. Una escena que primero la veis y luego os la comento:

Una doble especialista con mega pelucón tapándole la cara pero que se nota un huevo igualmente porque está híper fibrada y huesuda, la pedazo de careta ignífuga que lleva el malo cuando empieza a arder porque sí, el muñeco en llamas yéndose por el barranquillo… por no hablar de las transformaciones en murciélago en la persecución previa. Escena mítica donde las haya, que termina de convertir a Vampirella en otra descarga de lefa en la boca de mi madre para los amantes de las bazofias. Y con este apoteósico clímax llegamos al final. ¿”Final” he dicho? Bueno, no sé yo… tras los créditos finales aparece el siguiente mensaje en pantalla anunciando una futura secuela:

Aún la estoy esperando…

 

 CONCLUSIÓN

Lo cierto es que el guion respeta totalmente el origen y el carácter del personaje y es absolutamente fiel al espíritu chorra, bizarro y exploitation de los cómics originales. Sí, la película es cutre y pordiosera a muerte, pero es que es totalmente acorde a la historia que pretendían adaptar, una basura de producción para un zurullo de argumento que no se merece más. Imaginaros que a algún chiflado tipo Steven Spielberg se le ocurre meterle 100 millones de presupuesto a tamaña mierda de guion (básicamente, lo que hizo con Transformers 2). Pienso en eso y automáticamente visualizo a Heath Ledger con la cara pintarrajeada rociando una montaña de billetes con gasolina y prendiéndoles fuego mientras un grupo de gangsters lo ven horrorizados. Por suerte no es así, la peli es una cagarruta pero el presupuesto va a juego, reutilizando decorados, reciclando imágenes de otra peli de Corman (Los siete magníficos del espacio) para las escenas del espacio con dos cojones, e incluso intercambiando vestuario entre los actores para gastarse cuatro duros contados. Si hay una adaptación de “cómic de supertías” que se merece ser una buena bazofia serie Z es Vampirella. Así que, por una vez no cabe indignarse y sí descojonarse vivo.

En lo único en lo que la cagan es en el punto más sencillo y, también por desgracia, el más importante, que era poner a una jamona como está mandado con un minúsculo bañador rojo de protagonista. En lugar de eso van y meten a una actriz de tercera que, sin ser fea ni mucho menos (el culo lo tiene majo, oiga) no es nada explosiva; y encima ataviada con un cosplay de mierda que en vez de calentar al personal, lo que hace es calentarle la cara de vergüenza ajena. Por lo demás mi conclusión es la siguiente:

Esta película es una puta mierda. Bajárosla ya mismo que os despollareis. Y leeros los cómics, que son igual de subnormales pero al menos ahí a la chica sí que da gloria verla.

La única otra opción digna ya sabéis cual sería:

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