Añoro las salas recreativas. Su jerárquico microcosmos, su selección de juegos arbitraria, que tu máquina favorita esté junto a una ventana por la que entra el Sol hijoputa y no te deja ver, oír “UOOOOOH, UOOOOOooooh, uooooooh…” de fondo cada medio minuto…
Pero sobre todo echo de menos que haya máquinas en los bares. Ahora que se me considera como un ser adulto (¡JA!) y a veces tengo que pasar tiempo en bares y pubs (por la mierda de tener que socializar, con lo poco que me gusta la gente), me encantaría poder estar una hora tranquilita pasándome el Tumblepop o el House of the Dead 2.
Pero los tiempos cambian (o se van a la mierda, más bien) y ahora que, irónicamente, los videojuegos están mejor vistos y aceptados que nunca, es cuando desaparecen de entornos públicos.
De pequeño creía que este tío era un tiranosaurio…
Jugué poco con mi hermano Bushwacker en su día a esta Superman. Estaba en un bar que pillaba algo lejos (y cuesta arriba) y además es un juego que no me gustaba demasiado. Te mataban enseguida y luchar constantemente con el mismo tipo de enemigo me aburría. Él sí jugaba bastante y se llegaba lejos con una sola moneda. Había que estirar bien la paga y elegir juegos en los que fueras bueno.
En fin, os explico en qué consiste este:
SUPERMAN VS EL LIBERTINAJE
Sin conocer los detalles de la historia del juego y sin ganas de ponerme a buscarlos, jugando llegué a la conclusión de que Superman debe detener un desfile del Día del Orgullo Gay que se ha salido de madre.
“Chicaaaaaaas, sacad las uñas… ¡¡¡GRRRRRRRUAUUUUU!!!”
Los enemigos son mazaos hormonados y disfrazados que vuelan por ahí, arreando patadas y puñetazos a todo lo que pillan. Pero por suerte, Superman no está solo. Si un segundo jugador se une, manejará a…
¿Un Superman naranja del bazar chino…?
En lugar de usar a Batman, Wonder Woman o Aquaman (la opción más sensata), te plantan ahí a un Superman de color naranja… O a lo mejor es el Superman Rojo y el juego es un ejemplo de alianza entre el Capitalismo y el Comunismo para acabar con… Con los homosexuales.
Así fue como pasó lo de Christopher Reeve
El juego se divide en 5 mundos distintos, con 3 niveles en cada uno, siendo el último de cada mundo una suerte de matamarcianos chorra y difícil. La primera pantalla es Metropolis:
“Soy el Mejor Artista” Uou si tío, tiene mérito hacer 500 enemigos distintos usando el mismo PUTO SPRITE SIEMPRE.
Todos los malos del juego tienen la misma postura cuando vuelan, como si estuviesen sentados en el taburete de un bar (de ambiente, ofcors)
“¡¡¡MAMÁ, YO QUERIA DOS BONYS, NO DOS TIGRETONES!!!”
Este aspecto tan negativo del juego (enemigos clónicos) se convierte en su mayor baza de diversión, ofreciéndonos una variada fauna de simpáticos forzudos embutidos en látex:
1. Pollo Man lleva una cresta roja y un traje amarillo pollito. Son la fuerza principal de los malos, aparecen en todos los niveles y se mueren de una patada.
2. “Bat” Man. De sus poderosas axilas surgen dos membranas que le permiten volar (Pollo Man también vuela, y sin mierdas en el sobaco). Desciende en picado y te da con el tacón en la cara.
3. Arañazo Man escala paredes, dispara redes y es morado.
4. Man Pollo. Igual que Pollo Man, pero al revés.
5. Paquito Abracito solo busca el contacto físico directo: Se lanzará como loco contra Superman para… Abrazarle…
El látex no convence a todo el mundo, así que Superman debe zurrarle el culo también a una serie de tipos desnudos y pintarrajeados de colorines.
1. Nudista Plateado. Es cómo Silver Surfer, pero en lugar de hacer surf y traerle la cena a Galactus, éste sólo se dedica a estar desnudo.
2. Butanator es el butanero definitivo: Vuela y no lleva nada de ropa. El favorito de las viudas.
3. Tabique Man. Cuando la gente le grita por la calle “¡¡Hostias, eres La Cosa de los 4 Fantásticos!!” él responde “¡¡¡Para Cosa la que me cuelga entre las piernas, hijoputa!!!“
4. Robogaycer perdió un brazo durante una sesión de fisting anal. Le atacó un oso.
Volviendo al juego, el jefe final de Metrópolis es un señor aburrido dentro de una esfera verde que te dispara cosas.
Realmente el jefe final de todos los niveles es el tipejo este, con una nave un poco distinta cada vez.
Superado el primer mundo, Superman viaja a San Francisco, que es igual, con los mismos enemigos (bueno, uno nuevo con cabeza de elefante), pero con carteles más divertidos de leer en las tiendas:
“Lo juro Spiderman, ¡¡¡un elefante me ha robado la ropa!!” -Frase de El Duende Verde, justificando a Spiderman su desnudez
Después, Las Vegas, donde por menos de 5 dólares, puedes contratar a una prostituta:
Pero Superman es tan tacaño que está usando su visión de rayos X para ver desnuda a la chica del cartel…
Si consigues derrotar al hermano forzudo de los Blue Man Group, descubrirás que ahora los casinos se llaman “Cosinos“, para más tarde ser atacado por medio helicóptero en el desierto de Nevada…
¡¡¡¡BIBA LAS BEGAS!!!!
A Washington llega la Horda Fuxia del Orgullo Gay, dispuestos a presionar a los políticos para exigirles sus absurdos derechos.
“¡¡Sabía que el Monumento a Washington les atraería!!”
En este punto del juego, Superman ha librado al Mundo (es decir, a Norteamérica) de la grave amenaza de los homosexuales ciclados. Pero la Fiesta de la Laca continúa, esta vez, A NIVEL ESPACIAL.
Daft Punk loves Superman.
Tras derrotar a las madres de las Supernenas…
…llegamos al Jefe Final: Un tipejo de color verde, subido a un ascensor que te dispara gigantes en ropa interior:
“Si, así… Agarre fuerte al Supermansito…”
Y como es de esperar en todos los arcades, el premio a gastarte la paga de varias semanas, es un texto de MIERDA ESCRITO POR UN PUTO DEMENTE.
“SUS ACCIONES HAN SALVADO A LA TIERRA. NO HABRÁ DESCANSO HASTA QUE EL MAL DEJE DE EXISTIR EN LA TIERRA. LA TIERRA LES VOLVERÁ A NECESITAR ALGÚN DIA EN EL FUTURO”
¿Hace falta repetir 3 malditas veces la palabra “Earth”? Voy a arreglar el texto:
CONCLUSIONES
A pesar de haberme burlado de todos los aspectos de este juego, habiéndolo rejugado después de tantos años, puedo decir que es… Nme, divertido.
Aunque es bastante corto. Dominar el juego bien, solo nos proporcionará 20-30 minutos de partida. Como dije antes, había que elegir bien en qué máquinas metías la paga, para que las partidas durasen lo máximo posible y no tuvieses esa horrible sensación de bolsillo vacío a tan temprana edad. Al margen de eso, la partida podía terminar de forma abrupta en cualquier momento, ya que no tiene ningún tipo de regla: Un mismo enemigo puede matarte de cuatro golpes o de uno solo, según le apetezca al juego.
Eso en lo gráfico y jugable, en el aspecto musical consigue que John Williams denuncie a sus padres por haberle concebido.
Pero… Entretiene. Es injusto, ridículo, chupamonedas y gilipollas en general… Pero merece un huequecito en el Olimpo Arcade. Un huequecito sucio y maloliente.
¿El tío de verde puede ser Brainiac? Uf, voy a vomitar. Entre esto y el de la 64…