EL EXORCISTA, LA MUJER Y UNAS BALAS QUE METER. Robert Bronzi se enfrenta al Anticristo en “Exorcist Vengeance”
Con permiso de una Amityville que últimamente está hasta en la sopa (en breve se podrá leer aquí una noticia sobre minestrone en Amityville y si no, al tiempo) y de esos psicópatas de turno a los que le gusta destripar adolescentes (con edad de sacarse el doctorado, eso sí), en fechas señaladas, si existe un subgénero terrorífico que vuelve periódicamente a nuestras pantallas, ese es el de exorcistas, tiburón o no mediante.
La última en subirse al ring es “Exorcist Vengeance”, que añade al guiso un ingrediente de excepción: Robert Bronzi, viejo amigo de la Cutrecon (muchos tuvimos el placer de conocerle en la VIII edición) y doble húngaro de Charles Bronson. A pesar de que ya se intentó en su día, como cuando hace más de 20 años Schwarzenegger se enfrentó al demonio en “El fin de los días” (1999), lo de cruzar al Príncipe de las Mentiras y a los duros del cine de acción, es una idea que no ha debido parecerle demasiado afortunada a los creadores del séptimo arte.
Pero volviendo a la arriesgada apuesta que nos ocupa, esta producción de Jeff Miller (que trabaja por quinta vez con Bronzi) dirigida y escrita por Scott Jeffrey y Rebecca J. Matthews (que ya han explorado eso del lado maléfico de la vida en películas como “Hellkat” o “Pet graveyard” -sí, así, sin disimulos-), nos contará la odisea de un sacerdote, habituado a solucionar asuntos turbios para la Iglesia, que será llamado por el Obispo Canelo (si es que no hace falta ni hacer chistes, ya vienen hechos; pobre Steven Berkoff) para resolver un exorcismo que traerá a la luz un oscuro hecho de su pasado. Y ya sabemos cómo las gasta el diablo a la hora de sacar a la luz trapos sucios, como vimos en “El exorcista” (1973).
Como carta de presentación, ya podemos disfrutar de un tráiler donde no falta ninguno de los tópicos del género, desde poseídas con voz cazallera, extrañas sustancias saliendo de bocas y levitaciones varias, así como alguna escenita con linterna que nos hace pensar en un homenaje a “Expediente X”. Pero el plato fuerte llega por la vía armamentistica, demostrando que no basta con Biblia y agua bendita, sino que a veces lo mejor es recurrir a lo que uno mejor domina, aunque eso sea liarse a tiro limpio con el enemigo, no importa si un punk o Satanás in person.
Si creíamos haberlo visto todo en materia de posesiones tras cintas como “Seytan” (a.k.a. “El Exorcista Turco”, de 1974) o “Reposeída” (1990), en la que el divino Leslie Nielsen liberaba el alma de Linda Blair a base de guitarra, “Exorcist vengeance” puede dar una nueva dimensión a la expresión “a hostia limpia”. Que Dios nos pille confesados.
Fuente: Bloody Disgusting